Fundamentalmente, una copa de vino se divide en cuatro partes: pie, tallo, cáliz y boca. Veamos más de cerca estas partes básicas para entender la arquitectura de la copa de vino.
El pie
El pie es la parte fundamental de la copa de vino, y su papel es sencillo pero a la vez crucial: garantizar que la copa no se vuelque. La enóloga Nova Cadamatre afirma que «A lo hecho, pecho, pero derramar vino es otra historia».
El tallo
El tallo tiene dos funciones fundamentales:
En primer lugar, permite sostener la copa sin tocar el cáliz, lo cual es realmente importante ya que así se evita calentar el vino con la temperatura corporal. Esta es la principal razón por la que se deberían evitar las copas sin tallo. Como ejemplo, vea la copa Zalto tipo Burdeos, cuyo fino tallo permite agarrar firmemente la copa a una cierta distancia del cáliz.En segundo lugar, el tallo tiene como función impedir que las manos toquen la boca de la copa. Esto se debe a que las manos tienen su propio perfume único, el cual puede cambiar los aromas y el sabor del vino. Por ello, el tallo también es una parte importante de la copa de vino, porque permite que las manos estén separadas de la nariz, de manera que el aroma que estas contienen no afecte al sabor del vino. Lo sabemos, ¡no son más que detalles, pero importantes!
El cáliz
El cáliz puede múltiples formas y suele ser la parte más atractiva de la copa de vino. ¡No tiene más que ver la copa Zalto tipo Borgoña! El cáliz también es la parte más esencial de la copa de vino, porque permite hacerle dar vueltas en su interior. Es importante que el cáliz sea más ancho que la boca, para que no se pierdan los aromas del vino al darle vueltas. Este movimiento es crucial para mejorar el sabor del vino, ya que con él se liberan los compuestos aromáticos y se revelan más matices de aroma. Cuanto más extensa sea el área de la superficie del cáliz, más compuestos aromáticos volátiles podrán liberarse. Por lo tanto, el cáliz desempeña un papel útil e importante para enriquecer el sabor del vino.
La boca
La boca de la copa es la parte muy fina y frágil donde se encuentran por primera vez los labios y elvino. Prestándole atención a esta parte, se puede mejorar la experiencia al beber. Cuanto más fina sea, menos interrupciones habrá en la transición del líquido: si no se siente el cristal al beber, uno se puede centrar en percibir el sabor del vino. El vaso de vino blanco Zalto ilustra bien lo delgada que puede llegar a ser realmente la boca de la copa: ¡hasta 0,3 mm!
Todas las partes de la copa de vino tienen cometidos y funciones importantes que, combinadas, crean el “accesorio” perfecto para disfrutar de la mejor experiencia de degustación. El vino es altamente complejo, y lo mismo puede decirse de la copa de vino. La copa es el “accesorio” mediante el cual puede desplegarse la complejidad del vino. La copa de vino correcta quiere decir la copa que logra que cobren vida todos los matices, aromas y notas afrutadas del líquido.
Obviamente, la copa de vino perfecta es una valoración subjetiva que siempre puede debatirse. Sin embargo, existen varios criterios que pueden constituir las bases para una valoración más informada de las copas de vino óptimas.
En las secciones siguientes examinaremos estos criterios y daremos ejemplos de por qué las copas Zalto son una opción óptima.
SABORES MEJORADOS CON ZALTO