Por qué a nosotros nos encanta Zalto

La elegancia, la fineza y la exclusividad definen a la cristalería Zalto. El cristal puro, sin plomo y soplado a mano tiene tan solo 0,3 mm de espesor, lo que impide que la copa transfiera su propia temperatura al vino y le permite desplegar sus matices de sabor. Por su finura y ligereza, las copas Zalto pueden parecer demasiado frágiles al sostenerlas en la mano. Sin embargo, esa es precisamente la idea: el cristal permite crear una copa extremadamente delgada para destacar su diseño único, elegante y exclusivo que conserva fuerza y elasticidad. En efecto, además de no empañarse ni rayarse, las copas se pueden lavar en el lavavajillas. Le recomendamos que las lave de esta manera, ya que lavándolas a mano es más probable que se agrieten. En definitiva, son copas que puede utilizar tanto diariamente como en las ocasiones más especiales.

Para lograr la perfección total, Zalto ha desarrollado sus copas con arreglo a los ángulos de inclinación de la Tierra. Así, el cáliz de todas las copas Zalto tiene curvas inclinadas 24, 48 y 72 grados. Esta técnica deriva de los romanos, que utilizaban en sus vasijas y vajilla los ángulos de inclinación de la Tierra para conservar los alimentos y bebidas más frescos y mejorar su sabor. Sirviéndose de estos paralelos astrales, Zalto consigue que el vino alcance su máximo potencial para que disfrutes de la mejor experiencia de degustación.

A nosotros nos gusta verlo así: una copa Zalto es una inversión para toda la vida en experiencias enológicas mejoradas y perfeccionadas. Le invitamos a entrar en un mundo de experiencias nuevas en degustación de vino y esperamos que lo disfrute tanto como nosotros.